Conocé los casos más importantes de actores y actrices que repitieron en la vida real algunos aspectos de las ficciones en las que participaron (y viceversa)
1. Casting XXX: las actrices de Game of Thrones
El caso de Game of Thrones es curioso, porque los responsables del casting encontraron en el porno un manantial de nuevas actrices. Hasta el momento hubo tres mujeres provenientes del cine porno que participaron en la serie: Sibel Kekilli, Maisie Dee y Sahara Knite (y a este grupo se sumarán en el transcurso de la cuarta temporada tres más: Samantha Bentley, Jessica Jensen y Aeryn Walker). El boom de las actrices porno en Game of Thrones comenzó cuando se supo que, en su pasado, Sibel Kekilli había participado en un puñado de películas hardcore. Esta noticia voló por Internet, y los fans de la serie ávidamente comenzaron a buscar sus películas. Lo llamativo del asunto es que justamente el personaje de Kekilli es el de una mujer cuyo trabajo también está vinculado al sexo, emparentando así realidad y ficción. Lo que más llama la atención detrás de esta tendencia es que claramente las actrices "serias" no quieren hacer ningún tipo de desnudo, y por ese motivo los productores deben buscar mujeres que estén acostumbradas a escenas de gran tensión sexual, como las que hay en cada uno de los episodios de la serie.
2. The Wire y el narcotráfico fuera de la pantalla
Antes de hablar de Felicia "Snoop" Pearson, un breve anuncio: ¡VEAN THE WIRE! Y lo decimos en mayúsculas porque realmente se trata de una serie perfecta. The Wire trata sobre un grupo de policías de Baltimore que lucha contra el narcotráfico, y de ahí, la ficción se extiende como pulpo para estudiar todo tipo de estructura social, investigando cómo se orquesta el negocio de la droga y cómo repercute en distintas clases sociales. De la extensa galería de personajes, uno de los más atractivos es Snoop, una asesina y narcotraficante peligrosísima, mano derecha de Marlo. Y las similitudes entre realidad y ficción, en este caso, son terribles. La actriz se llama Felicia "Snoop" Pearson, y su personaje llevó el mismo nombre. En su juventud, ella había sido condenada a prisión por narcotráfico y homicidio. Pero su suerte cambió cuando conoció a David Simon, creador de The Wire, quien quedó fascinado por el carisma de la chica y le propuso un rol en el programa. Lamentablemente, al terminar la serie, Snoop volvió a delinquir y fue acusada por contrabando de heroína, declarándose culpable durante el juicio. Una historia terrible, protagonizada por (y tomamos prestadas las palabras de Stephen King para describirla) quizás la villana más temible que alguna vez apareciera en una serie televisiva.
3. Los mafiosos de Los Soprano
El caso de Los Soprano también ejemplifica cómo hay actores que llevan a su vida personal algunas cuestiones que parecen salidas de la ficción en la que participaron. El caso policial más grave lo protagonizó Lillo Brancato Jr., que en la serie interpretaba a Matt Bevilacqua. En 2005, él fue acusado de asesinato en segundo grado cuando entró a un departamento a robar, y se vio involucrado en un tiroteo en el que murió un policía. Otro actor del elenco que eligió el mal camino fue Anthony Borgese, que en la serie encarnó a Larry Boy Barese. En 2011, el actor fue hallado culpable por una causa de extorsión que lo vinculó a los Gambino, una conocida familia mafiosa. Por último, el primogénito de Tony también hizo de las suyas: Robert Iler, conocido por interpretar a Anthony Jr, fue arrestado en 2001 acusado de robo, ¡hijo e´ tigre!
4. La buena vida
Hasta ahora, hablamos de asesinatos, narcotráfico, robo y chantaje. Pero hay actores que eligen otro camino, que interpretan a tipos relajados que la pasan bien, y que piensan que ese estilo de vida también podrían llevarlo a su rutina del día a día. Y en este casillero, la figura de Charlie Sheen es ineludible. Sheen construyó, en los últimos años, una carrera como actor que se confunde todo el tiempo con sus papeles de ficción. Es más, la frontera entre ficción y realidad se volvió tan difusa que nadie sabe quién inspiró a quién, si Charlie Sheen a Charlie Harper, o viceversa. Mujeres, bebidas, descontrol hicieron del estilo de vida "a la Sheen" un verdadero modelo regido por la completa ausencia de responsabilidades.
5. Ficción iguala a la realidad: Vuelo 93
Quizás este sea el ejemplo más concreto en términos de una ficción que repite a la realidad. El film Vuelo 93, de Paul Greengrass, cuenta la historia del avión secuestrado que iba a participar de los atentados terroristas del 11 de septiembre, pero que terminó estrellándose en tierra gracias a la intervención de los pasajeros. En la película, uno de los protagonistas es Ben Sliney, el encargado de operaciones de la Administración Federal de Aviación. Y acá viene lo curioso: ese papel lo interpretó el mismísimo Ben Sliney. Un caso extremo en el que un profesional de la aviación repitió para la pantalla grande su propia historia.
